¿Cómo garantizar la seguridad laboral en una fábrica?

Dentro de toda organización, incluyendo las fábricas y empresas productivas, los trabajadores son una prioridad y representan el capital más valioso. Ante esta realidad, es indispensable destinar esfuerzos a reforzar la seguridad laboral.

Si no se toma en cuenta este factor, el colaborador queda expuesto a accidentes y problemas de salud, independientemente del tipo de función que cumpla. Y es que todo trabajo conlleva un factor de riesgo bajo, medio o elevado.

Estos contratiempos de salud pueden ir desde una simple excoriación en la piel hasta una consecuencia fatal y muy lamentable, que, por supuesto, ninguna empresa y equipo de trabajo desea.

En general, cuando un empleado u operador sufre una lesión o enfermedad por falta de seguridad laboral, esto genera dos grandes impactos.

El primero de estos, lógicamente, trae consecuencias negativas, tanto físicas como económicas, para el trabajador, quien no podrá laborar por determinado periodo de tiempo.

Incluso, lesiones graves pueden ocasionar que este pierda la capacidad funcional para ciertas tareas y actividades de por vida.

El otro impacto está dirigido a la empresa, debido a que el daño sufrido por un trabajador genera absentismo y alterna el proceso normal de las operaciones. Por supuesto, esto también conlleva daños de imagen para la organización, tanto internos como externos.

Por ejemplo, proveedores y contratistas que estén realizando un servicio en nuestras instalaciones pueden decidir romper la relación comercial a raíz de falta de un sólido programa de seguridad laboral.

Ahora que conoces la gran importancia de este factor, en las próximas líneas profundizaré en una serie de prácticas que permiten reforzarlo e impulsarlo.

Pero, antes, repasemos brevemente cuáles son los accidentes más comunes en una fábrica, ya que es uno de los espacios de trabajo con mayores variables de riesgo.

¿Cuáles son los accidentes más comunes en una fábrica?

En líneas generales, caídas, resbalones y tropiezos están entre los accidentes más comunes en las empresas, incluyendo las fábricas.

Esto se debe a que son accidentes y problemas que pueden presentarse en toda ocasión y espacio, independientemente del tipo de operación que se lleve a cabo.

Por supuesto, también existen incidentes más específicos, que dependen de las características de los procesos y los agentes, maquinarias, contaminantes y variables con los que interactúen los operadores.

Caídas de tractores y máquinas de gran envergadura y descargas de corriente son algunos de estos accidentes, que pueden reducirse y evitarse con las prácticas claves que estás por conocer.

6 efectivas prácticas para mejorar la seguridad laboral

La seguridad laboral es un aspecto que se puede reforzar y mejorar constantemente, sobre todo si se aplican estas poderosas prácticas:

1. Conocer el proceso operativo

Este es el paso fundamental para reforzar la seguridad laboral en las fábricas y las empresas en general.

Recuerda que, además de accidentes generales y típicos, existen incidentes específicos, que se producen a raíz de las características operativas concretas de las fábricas.

Esto refleja que, en primer lugar, es necesario estudiar de manera profunda las operaciones para así identificar los principales factores de riesgo y, luego, pensar en las acciones necesarias para enfrentarlos.

2. Capacitación constante al trabajador

Una vez se hace un diagnóstico de la dinámica operativa de la fábrica y los factores de riesgo, es necesario transmitir información concreta al operador y trabajador.

Quienes hacen vida dentro de los espacios de trabajo deben tener muy claro cuáles son los principales riesgos a los que se enfrentan y qué tipo de accidentes pueden ocurrir si no cumplen con condiciones de seguridad.

A la par de informar, se debe educar y capacitar al colaborador por medio de charlas, talleres y otras iniciativas que permitan profundizar en las prácticas de seguridad generales y básicas, así como en las específicas, relacionadas con la actividad operativa de la empresa.

3. Capacitación constate al trabajador en el proceso operativo que va a realizar

Además de aprender sobre normativas y prácticas de seguridad laboral, el operador cada vez debe ser más capaz y hábil en las operaciones que realiza.

Esto no solo le permite impulsar la productividad, sino que es un elemento clave para evitar accidentes y eventos no deseados.

Cuando un trabajador conoce a fondo su proceso operativo y lo domina, es mucho menos propenso a cometer fallas que deriven en amenazas e incidentes de seguridad, que generen peligro tanto para él como para el resto de los operadores y las instalaciones de la fábrica.

4. Implementación efectiva de las medidas de seguridad.

Consiste en desplegar las acciones necesarias para que las medidas de seguridad consideradas relevantes y útiles realmente se apliquen.

En este punto conviene definir mecanismos y estrategias para motivar a los trabajadores a apegarse a las reglas y seguir las más rigurosas normas de prevención.

Por ejemplo, se pueden ofrecer incentivos económicos asociados al cumplimiento de ciertos periodos de tiempo sin registro de accidentes.

5. Supervisión constante del cumplimiento de las medidas de seguridad

Las labores de control y supervisión también son indispensables para la seguridad laboral, pues no basta con simplemente definir acciones de prevención y motivar a los trabajadores a cumplirlas.

La seguridad laboral es un factor que amerita seguimiento continuo y evaluación periódica de resultados, para así identificar puntos de mejora y nuevos elementos de riesgo.

6. Mejora continua en las medidas de seguridad y en los procesos operativos.

Esta práctica va relacionada con la anterior. Por medio de las evaluaciones y revisiones constantes se pueden detectar oportunidades de mejora y emprender acciones coherentes con las necesidades de la fábrica.

¡Ya sabes! La seguridad laboral es un aspecto esencial en las fábricas y, en general, en toda empresa, y estas 6 prácticas esenciales te ayudarán a mejorarla.

No olvides que se trata de un factor que amerita gran esfuerzo y seguimiento continuo, y que de tenerlo presente garantizará estabilidad operativa y el bienestar del principal capital de toda organización: su talento humano.

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