Alejandro Bargalló
Director de Ingeniería en Generac de América Latina (LATAM). Cuenta con más de 25 años de experiencia ejecutando de manera exitosa estrategias, capacitación y desarrollo de equipos de ingeniería, así como iniciativas en reducción de costos y nuevos productos.
La optimización de recursos energéticos es fundamental en la construcción de edificios y, en general, en la gestión del suministro de los mismos.
Estas edificaciones consumen el 70% de la energía generada, la cual en su mayoría es producida a través de combustibles fósiles, lo que demuestra que, en primer lugar, esta optimización es fundamental para disminuir la huella ambiental.
Además, la energía es un costo, y usualmente uno considerable; es decir, que si la misma no se administra de forma correcta, se convierte en una carga financiera adicional e innecesaria.
El cambio climático está creando condiciones adversas en la disponibilidad y confiabilidad de los recursos, y estos podrán ser abordados de una manera más efectiva si el consumo energético se considera desde la concepción, planeación y construcción de los edificios.
Ahora que sabes esto, llegó la hora de mencionar cuáles son esas prácticas esenciales que permiten alcanzar la optimización del suministro y el consumo de energía eléctrica.
¿Cuáles son las mejores prácticas en cuanto a gestión energética de edificios?
Entre los principios y claves que conviene aplicar para garantizar la eficiencia energética, tanto a la hora de construir los edificios como para gestionar el suministro de los mismos, encontramos las siguientes:
Planeación estratégica de los espacios y sus usos.
Las buenas prácticas empiezan con la definición y determinación estratégica del uso de los espacios de un edificio.
Dentro de estas edificaciones, cada espacio se destina a un propósito específico, que requiere de recursos energéticos concretos que se deben prever.
Por lo tanto, conocer esta información de manera anticipada permite garantizar que el recurso energético sea justo y preciso, es decir, que pueda satisfacer las necesidades funcionales, pero que no genere gastos extra innecesarios ni una mayor huella ambiental.
Flexibilidad en el suministro energético
En el escenario actual, en el cual los edificios tienen baja ocupación, la flexibilidad en el suministro de servicios, especialmente el energético, ha asumido una gran relevancia.
Es importante modular el suministro energético acorde al consumo y al nivel de ocupación. Esto, entre otras cosas, permite generar la correlación adecuada del gasto.
Entre los elementos del suministro que deben modularse, está el consumo de energía eléctrica derivada del acondicionamiento de aire, el cual suele ser el mayor generador de emisiones de CO2 de una edificación.
Definir de manera anticipada el nivel de uso de los equipos acondicionadores y ajustar el suministro energético de acuerdo a esto, tomando en cuenta también los momentos en que su utilización es menor o mayor al promedio, es una práctica que ayuda reducir la inversión inicial y optimizar el uso de energía en general.
Uso de elementos de comunicación y monitoreo.
En la actualidad, la tecnología de la información (TI) es un elemento fundamental para garantizar la funcionalidad y efectividad del uso del inmueble, por lo cual garantizar la disponibilidad constante de la energía para ese fin es esencial.
Las herramientas de este tipo permiten contar con visibilidad constante del estado energético del edificio, siguiendo diferentes variables de las condiciones generales como temperatura, seguridad, iluminación y accesos.
Gracias esto es posible tomar decisiones coherentes y efectivas en tiempo real, así como ajustar los niveles de suministro siguiendo los principios de sustentabilidad y de optimización de recursos energéticos.
Incorporación de fuentes de energía renovable
Las energías renovables son clave en la actualidad en la construcción de edificios. Poco a poco, el mundo está sustituyendo las fuentes de energía por otras que provengan de recursos naturales inagotables, como los rayos solares, por ejemplo.
Contar con paneles y otros instrumentos que optimicen energías renovables es un buen complemento energético para los edificios, que los hace autónomos, económicos y ambientalmente amigables.
Herramientas claves para las mejores prácticas energéticas en la construcción de edificios
Como mencionamos líneas atrás, la disponibilidad de información es fundamental para incrementar la eficiencia energética en la construcción de edificios y en la gestión del consumo de los mismos.
Por medio de soluciones de TI, que brinden la posibilidad de monitorear condiciones internas y externas en tiempo real, se puede cumplir con este objetivo.
Por ese motivo, al hablar de herramientas de eficiencia energética, estas ocupan un lugar especial.
La información obtenida por medio de estas soluciones debe complementarse con instalaciones flexibles, configurables y ajustables, que le darán al usuario el confort deseado y, a la vez, el costo energético justo.
Las herramientas de TI también permiten mejorar la confiabilidad del servicio energético, ya que son capaces de anticipar fallas potenciales y de identificar puntos vulnerables del sistema.
Por otro lado, debemos tomar en cuenta soluciones de respaldo energético que aseguren la continuidad del suministro y, también, que optimicen el consumo.
Los generadores de energía de respaldo son claves en este último punto, pues su vocación de soporte asegura la continuidad operativa del suministro de todos los espacios, incluyendo de las salas y unidades de control que monitorean las condiciones generales con ayuda de soluciones de TI.
¡Listo! Ya conoces cuáles son las principales prácticas para optimizar la energía eléctrica tanto en la etapa de construcción de edificios como una vez ya que están edificados y habitados.
Es importante comprender que todos los esfuerzos y recursos invertidos para aplicar estos principios no son un gasto, sino una inversión ligada directamente con ahorros recurrentes y con prevención de costos excesivos.
Optimizar la energía es, también, optimizar la inversión. Sin duda, las acciones enfocadas en reducir los recursos energéticos de un edificio entregarán beneficios a los usuarios, a la comunidad, al impacto ambiental y a sus administradores.
En cambio, no hacerlo resulta en falta de responsabilidad social, ya que el consumo descontrolado de la energía vulnera al SEN (Sistema Energético Nacional) y afecta de manera directa e indirecta a todo consumidor interconectado a través de él.
Afortunadamente existen mecanismos regulatorios que obligan a la aplicación de buenas prácticas energéticas, como lo es el Código de Red.
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